Cómo explicar la diversidad a los niños: 5 consejos útiles
Ser sinceros, asumir que todos somos distintos pero que tenemos cosas en común y poner ejemplos prácticos son algunas de las claves para explicar la diversidad a los niños.
Vivimos en un mundo muy diverso, de modo que los niños deben aprender al respecto desde que son pequeños, con el fin de que puedan crecer siendo tolerantes y se conviertan así en adultos que respetan a todos por igual. Veamos a continuación algunos consejos que nos van a servir para explicar a los niños la diversidad.
Cómo explicar la diversidad a los niños: 5 consejos útiles
Los niños suelen ser bastante curiosos. Preguntan por todo y se fijan además muchísimo en las diferencias. Puede que si tienes hijos pequeños ya hayas experimentando alguna que otra situación en la que de repente tu hijo o hija te haya preguntado porque por ejemplo su mejor amigo tiene otro color de piel o también te puede preguntar porque hay niños que son más altos que otros.
Podemos aprovechar así esa curiosidad innata de los niños para explicarles qué es la diversidad y porqué es importante aceptarla y sobre todo respetarla. Que los niños sepan desde pequeños que existen personas con distintas características físicas, con distintos colores de piel, de habla o lo que sea. Para ello, nada como aplicar estos consejos:
Sinceridad para explicar la diversidad
El primer consejo es ser siempre claros y honestos con nuestros hijos. Los niños no juzgan y esto facilita mucho la tarea. Además, confían en nosotros y su visión del mundo a menudo se basa en nuestras enseñanzas y consejos. No tengamos miedo de ser honestos con ellos, estarán dispuestos a aceptar todas nuestras explicaciones.
Hablemos de diversidad y discapacidad de forma natural y tranquila, como lo haríamos con cualquier otra cosa. Eso sí, tendremos que armarnos de de paciencia. Probablemente tendremos que responder a algunos millones de preguntas, pero aparte de eso podemos estar seguros de que todo saldrá bien.
Después de todo, nuestros hijos todavía están aprendiendo sobre el mundo y las personas en todas sus facetas y no hay mejor momento para hacerles saber que ser diferente es completamente normal.
Ser diferente es ser único
Para comenzar, puede ser útil señalar a los niños que todas las personas , grandes y pequeñas, son diferentes y que, si nos fijamos de cerca, nadie es igual. Probablemente ya lo sepan (y no escatimarán en decírnoslo). Los niños son, de hecho, observadores muy atentos, a menudo mucho más que los adultos.
Inmediatamente notan un color de piel diferente, una forma de hablar diferente, una diferencia física y cualquier otra peculiaridad, pequeña o grande. También son muy contundentes y no tardan en preguntar: ¿por qué ese niño es negro? o ¿Por qué habla otro idioma?
Sea cual sea la peculiaridad de una persona, estamos seguros de que lo notará. Pero no te preocupes, como ya hemos dicho, todas sus preguntas carecen de juicio y están dictadas por la simple curiosidad.
Nuestra tarea, en esta etapa, es hacer comprender a los más pequeños que las diferencias físicas, las formas de hacer las cosas y los rasgos característicos de una persona son lo que los distingue y los hace únicos. Para cada pregunta, será bueno buscar una respuesta sencilla y la tenemos que expresar en un lenguaje adecuado a la edad de nuestros hijos.
Para ayudarlos a comprender mejor la diversidad, tomemos algunos ejemplos sencillos. Explicamos la diferencia entre los que usan gafas y los que no, entre los que tienen cabello y los que son calvos, entre los que caminan y los que van en silla de ruedas, etc. De esta manera, nuestros hijos aprenderán a comprender y respetar la diversidad tan rápido que nos quedaremos impresionados.
Aprovecha la oportunidad que brinda la diversidad
Podemos aprovechar los primeros acercamientos a la diversidad y la discapacidad, para que los niños interactúen de manera natural.
Podemos por ejemplo sugerirles que se hagan amigo de todos los niños niñas de su clase, sin importar el color de piel, o que se ofrezcan como voluntarios para ayudar a cualquier persona que tenga una discapacidad en su escuela. Enfatiza la belleza de la inclusión y explica a los niños que «cuanto más seamos, más nos divertiremos».
Otro enfoque útil puede ser mejorar las habilidades de otros niños . ¿Un ejemplo? La niña que solo puede usar un brazo seguramente podrá enseñar a otros niños a hacer muchas cosas con una mano. Así como un niño ciego puede ayudarlos a comprender cuánto es útil escuchar sonidos y tocar cosas para orientarse en el espacio.
En resumen, aprovechemos cada pequeña oportunidad para crear momentos de inclusión.
Diferente sí, pero no demasiado
Deja que los niños comprendan que a pesar de las diferencias entre las personas todas tenemos muchas cosas en común . Puede parecer una conclusión inevitable, pero no olvidemos que son niños ya que para los más pequeños no lo es.
De este modo debemos ponerles ejemplos de personas distintas a ellos, pero que se fijen bien que cosas en común, como algunas características físicas o el idioma por ejemplo, tienen en común. En definitiva, deben comprender que todos somos iguales y diferentes a la vez.
Diversidad e inclusión: qué no hacer
El consejo final tiene que ver con lo que no se debe hacer cuando los niños se enfrentan a diferentes personas. No podemos por otro lado negar la evidencia y pretender que la diversidad no exista .
Abordar el tema de la diversidad física, racial o cultural es un paso muy delicado y fundamental para la educación de los niños. Fingir que no existe además de ser una falta de respeto es inútil para nadie, y menos para nuestros hijos.
Como ya sabemos (y hemos dicho) los niños son muy atentos y son capaces de notar diferencias que muchas veces escapan incluso a nuestros ojos. Negar que otros niños son diferentes a ellos, aunque lo vean con claridad, solo los confundirá y los hará inseguros.
No tengamos miedo de hablar de diversidad, sabremos hacerlo muy bien. Solo recordemos ser claros, usar un lenguaje sencillo y libre de prejuicios y todo será lo mejor.
Con el tiempo, los niños comprenderán que la normalidad no es un concepto que exista, porque las diversidades son infinitas y muchas veces pueden resultar recursos extraordinarios.
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